Los miembros del parlamento tunecino desafiaron al presidente Kais Saied el miércoles al celebrar su primera sesión completa desde el verano pasado, cuando suspendió la cámara y pasó a la regla de un solo hombre.
Unos 120 parlamentarios asistieron a la sesión en línea y se esperaba que votaran en contra de las «medidas excepcionales» que Saied ha utilizado desde julio para dejar de lado la constitución democrática de 2014 y gobernarse a sí mismo.
La medida representa el desafío más directo del parlamento a Saied, quien la descartó como «del pasado» y quien el lunes por la noche emitió una severa advertencia de que las fuerzas se enfrentarían a «aquellos que empujaron a los tunecinos a luchar».
La sesión estuvo presidida por el vicepresidente Tarek Ftiti quien dijo que participaron 120 legisladores.
Si bien la sesión puede subrayar la creciente oposición a Saied y desafiará la legitimidad de sus movimientos, no es probable que altere su control del poder.
«No tenemos miedo de defender una institución legítima», dijo Yamina Zoglami, miembro del parlamento del islamista moderado Ennahda.
«La gente no nos quitó la confianza. El presidente cerró el parlamento con un tanque».
La mayor confianza del parlamento refleja una oposición cada vez mayor a Saied mientras trata de reescribir la constitución, tomar el control del poder judicial e imponer nuevas restricciones a la sociedad civil.
Ennahda, el partido más grande en el parlamento con una cuarta parte de los escaños, y su líder, Rached Ghannouchi, quien es el presidente del parlamento, han sido los críticos más abiertos de Saied.
Aunque los partidos políticos siguen profundamente divididos entre sí, ahora son más los que se manifiestan abiertamente contra Saied y exigen que adopte un enfoque inclusivo en cualquier esfuerzo por reestructurar la política del país.
Túnez se deshizo del gobierno autocrático en una revolución de 2011 e introdujo la democracia, pero su sistema de poder compartido entre el presidente y el parlamento ha resultado impopular después de años de parálisis política y estancamiento económico.
Saied, un recién llegado a la política y profesor de derecho constitucional, fue elegido en 2019 en una aplastante victoria en la segunda ronda contra un magnate de los medios que enfrentaba cargos de corrupción, y prometió limpiar la política tunecina.
Sus críticos lo acusan de dar un golpe de estado el verano pasado cuando derrocó al parlamento electo y pasó al gobierno de un solo hombre, diciendo que sus reformas políticas carecen de credibilidad.