Dejando atrás años de neutralidad, Suecia se vuelve el 32do país en formar parte de la OTAN. Motivados por la guerra actual en Ucrania, ciertos países europeos se han visto impulsados a solicitar su rápida inclusión a la organización militar, a fines de obtener la protección de la misma ante la amenaza rusa. En esta rápida expansión de la Alianza Atlántica, países como Finlandia, y ahora Suecia, se han formalizado como miembros oficiales de esta a finales de 2023 y comienzos de 2024, respectivamente.
Después de haber requerido su anexión en mayo de 2022, la bandera de la nación sueca fue finalmente izada en el cuartel general de la OTAN, localizado en Bruselas, el pasado lunes 11 de marzo. Bajo una fuerte lluvia, en la ceremonia estuvieron presentes; Jens Stoltenberg, secretario general de la alianza; así como el primer ministro de Suecia, Ulf Kristersson. Estas formalidades se han cumplido 4 días después de la oficialización del ingreso por medio de los trámites legales el 7 de marzo, cuando se envió a Washington DC el documento de acceso, siendo entregado al secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, de la mano del propio primer ministro sueco.
Fin de la neutralidad y bloqueos
La decisión de Suecia de unirse a la OTAN sorprende después de considerar que el país nórdico había implementado la neutralidad desde hace dos siglos, a través de una política de no alineación que había perdurado durante las dos guerras mundiales y la Guerra Fría. Esta neutralidad se data desde el siglo XIX, cuando en 1834 el rey Carlos XVI Juan emitió una declaración oficial de neutralidad posterior a la participación sueca en la sexta guerra napoleónica. Sin embargo, se detectaba acercamiento entre la OTAN y Suecia durante y después de la Guerra Fría.
Asimismo, la anexión de Suecia viene dada después de haber enfrentado por meses los bloqueos por parte de Hungría y Turquía. Por una parte, Turquía había desestimado al país escandinavo bajo el argumento de su cercanía con los militantes kurdos del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), considerados terroristas a los ojos de Ankara. No obstante, después de varias negociaciones y cambios en sus leyes antiterroristas, en diciembre de 2023, la Comisión de Asuntos Exteriores turca accedió a la solicitud de Suecia, y el 25 de enero de 2024, se ratificó por parte del Parlamento turco la candidatura de Suecia a ser miembro de la OTAN.
Por otro lado, siendo su último obstáculo, Hungría había vetado a Suecia justificando que esta había sostenido actitudes poco cordiales hacia los húngaros y su política desde hace años, posición que fue sostenida mayoritariamente por legisladores del partido Fidesz de Hungría. No obstante, después de meses de convencimiento, el 23 de febrero de 2024, se logró alcanzar una reconciliación diplomática, a partir del cual se acordó entre Kristersson y Viktor Orbán (primer ministro húngaro) que se entablará cooperación estratégica y defensiva con la compra por parte de Hungría de aviones JAS 39 Gripen de fabricación sueca. Así, el Parlamento húngaro aprobó la membresía de Suecia el 26 de febrero, y Suecia obtuvo luz verde para unirse a la Alianza.
Igualmente, el primer ministro sueco declaró que su entrada va de la mano de los valores presentados en el Tratado de Washington, conocido también como Tratado del Atlántico Norte, basados en “libertad, democracia, libertad individual y Estado de derecho”. Bajo el 5.º artículo de este tratado, se constata la seguridad colectiva para los miembros, y por el cual también se reafirma ante el mundo la organización en circunstancias actuales.
Implicaciones para el sistema internacional y seguridad euroatlántica.
La unión de Suecia a la Alianza Atlántica concreta un proceso en el cual todos los países nórdicos quedarán bajo el amparo de la organización, lo cual implica ventajas estratégicas para la OTAN sobre el mar Báltico y restricción de alcance operacional ruso sobre esta zona, en vista que un 90% de las costas están repartidas a países de la Alianza. A esto también se incluye la ciudad de Kaliningrado, un enclave administrativo ruso a kilómetros de distancia de la misma que ahora está rodeada por países de la OTAN; muchos consideran a este territorio una clave estratégica para la ofensiva rusa.
La guerra en Ucrania ha implicado una reactivación de países anteriormente neutrales a participar e invertir en la defensa y seguridad regional, lo cual representa un cambio de posiciones drástico, y una reconfiguración del mapa geoestratégico ahora enfocado en la OTAN. Con la adhesión de Suecia y Finlandia, se puede decir que la seguridad euro-atlántica ha quedado fortalecida, y se ha consolidado la cooperación europea, pero agravando aún más sus relaciones con Rusia, al imponer una actitud dura con esta última.
El secretario de Estado de EE.UU., Blinken, declaró que con Suecia: «Nuestra alianza defensiva es ahora más fuerte y más grande que nunca».
Fuentes: CNN, BBC, The New York Times, APNews, La Razon, Euronews, DW, Libertad Digital, France 24, Nuevo Poder, Swisshinfo.