El Banco Central de Japón aumentó su principal tasa de interés después de 17 años dejando, así, su política de intereses negativos. Este movimiento de política monetaria ultra flexible tiene como fin incentivar el crecimiento económico y el aumento de los precios, tras un período de estancamiento y deflación.
La principal institución económica de la nación nipona ha anunciado a través de un comunicado oficial que su tasa de interés de corto plazo pasaría del actual -0,1% a entre 0 y 0,1%. Esta decisión encarecerá los créditos para consumidores y empresas, permitiendo a los bancos aumentar su ganancia a través de sus préstamos, así como aumentará la deuda nacional de Japón, la cual se calcula en un 260% de PIB, uno de los niveles más altos del mundo.
Otras de las medidas adoptadas por el Banco Central de Japón fue el abandono del control de la curva de rendimiento, una política que fue instaurada en 2016 con el fin de mantener las tasas intereses a largo plazo alrededor de cero, así como cesar la compra de activos riesgosos, tales como los fondos negociados en la bolsa de valores y los fondos de inversión inmobiliaria japoneses.
Aun cuando el aumento de precios en Japón llegó al 4%, el Banco Central había decidido mantener sus tasas en números negativos, con el fin de incentivar los préstamos, a pesar de que, en consecuencia, se depreciara el yen con respecto al dólar, un movimiento positivo para los exportadores, mas no para los consumidores, ya que encarece el precio de los rubros importados.
De acuerdo con expertos, la economía japonesa ha mostrado signos de crecimiento a través de la inflación, la cual, tras años en estancamiento, se ha visto en aumento dado el incremento en los salarios de los trabajadores. Estos son signos de recuperación del crecimiento sostenido de la economía, lo cual ha permitido el ajuste de las políticas sobre las tasas de interés por parte del Banco Central, como respuesta a la identificación de un círculo vicioso proporcionado por los salarios y los precios del mercado nipón, en el que los salarios incrementaron lo suficiente para cubrir los precios en alza, pero no lo suficiente para generar ganancias a las empresas y comercios.
En enero de 2024, la tasa de inflación de Japón registró el 2,2%.
De acuerdo con expertos, esta nueva política monetaria, si bien marca un parteaguas en la historia económica de Japón, no significa un cambio particularmente brusco en los precios de las hipotecas o en los costos de financiamiento. Sin embargo, al finiquitarse el papel de Japón como el último proveedor de fondos “económicos”, se prevé un salto en los mercados financieros globales, bajo el escenario de que los inversores relocalizarán sus fondos a la nación asiática, aumentado, así, índices tales como el Nikkei.
En los últimos dos años, los bancos centrales a nivel internacional tomaron la decisión de aumentar sus tasas de interés principales con el fin de contener la inflación generalizada producto de la guerra de Ucrania, así como por la reciente crisis del Mar Rojo, siendo Japón el último en acoger dicha política. Vale mencionar, además, que expertos señalan que el círculo vicioso, previamente mencionado, en el que se encontraba la economía japonesa había sido inducido por el shock de factores externos, tales como las crisis geopolíticas y la depreciación del yen.
FUENTES: The Japan Times, The New York Times, France 24, AP News.