Siendo un tema de prolongada discusión en el Congreso norteamericano en los últimos meses, EE.UU. sigue estando firme en su decisión de enviar apoyo a Ucrania en su guerra contra Rusia, aunado a otros conflictos a lo largo del mundo, con la remisión de un paquete de 300 millones de dólares (274 millones de euros), anunciado el pasado 12 de marzo por Jake Sullivan, asesor de la Casa Blanca.
Esto sucede después de que Washington había desistido de enviar apoyo a Kiev desde el mes de diciembre de 2023, en vista de que el gigante norteamericano se había quedado sin fondos de reposición de armamento, pero además, se encontraba en medio de una disputa en el Congreso generada por representantes del partido republicano, los cuales habían bloqueado el envío de más ayuda.
Esto ha representado un esfuerzo propio por parte de la Casa Blanca, siendo que esta viene directamente de los ahorros del Pentágono proveniente de costos en contratos, a pesar de que funcionarios del cuartel han reconocido que sufren de un sobregiro bancario, y se encuentran en la necesidad 10.000 millones de dólares para reponer las armas que han entregado a Ucrania en su conflicto con Rusia.
Sullivan dijo “Resulta que negociamos bien y esos contratos estuvieron por debajo del presupuesto, así que tenemos una modesta cantidad de fondos disponible». El apoyo armamentístico viene en la forma de municiones de artillería, sistemas blindados, y misiles antiaéreos. No obstante, el secretario de prensa del Pentágono, advirtió que este envío sería una excepción, tomando en cuenta el déficit presupuestal del Ejército estadounidense.
Los funcionarios declararon que estos ahorros compensan el nuevo paquete, y que el gasto de reposición logró mantenerse por debajo de 10.000 millones de dólares. No obstante, Kathleen Hicks, Subsecretaria de Defensa ha comentado que “Si no conseguimos los 10.000 millones de dólares, tendremos que encontrar otros medios. En este momento estamos muy centrados en la necesidad de ese suplemento”.
Hace un mes, en febrero, se había aprobado un paquete de ayuda con un valor de 88.500 millones de euros, o 95.000 millones de dólares, para distribuirlos entre Ucrania, Israel y Taiwán. No obstante, la decisión de aprobación quedó en manos de la cámara de baja del Congreso, también reconocida como Cámara de Representantes, en el cual los republicanos son superiores en número. Sosteniéndose en contra del envió de 55.700 millones de euros, destinados específicamente a Ucrania, un pequeño grupo de republicanos argumenta que EE.UU. debía concentrarse en resolver sus propios asuntos, antes de los del extranjero.
Entre los debatientes se encontraba el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano, Mike Johnson, quien se impuso para no dejar pasar la propuesta, en un intento igualitario de hacer notar sus exigencias sobre endurecer el control en la frontera de México por el flujo migratorio. En este sentido, las disputas sobre el envió de paquetes aún persisten, siendo que la aprobación de este último paquete de 300 millones de dólares no requiere la aprobación del Congreso. Para ejercer presión, los demócratas han optado por forzar una votación a través de una petición de alta, la cual solitaria el apoyo de 218 legisladores miembros.
Igualmente, la noticia es dada cuando Ucrania notificó que se está quedando peligrosamente escasa de armamento, y optando por medidas de racionamiento de municiones. Rusia, por su parte, se mantiene en un estado de seguridad bajo su inventario de municiones, verificado a lo largo de los últimos meses con sus constantes ataques. En estas circunstancias, Dinamarca y la Unión Europea siguen demostrando su apoyo con el envío de asistencia militar valorada en 336 millones de dólares, y 5.460 millones de dólares, respectivamente.