Todos los deportes con sus técnicas, expresiones, dinamismo, pluralidad, competencia y cooperación, tienen una referencia obligada a lo filosófico y a lo ideológico
Dentro de cuatro meses, en París, del 26 de julio al 11 de agosto, estaremos presenciando en todos los escenarios escogidos para la máxima competencia mundial de los Juegos Olímpicos; la especifidad de cada deporte que se implementa con la variedad y la multiplicidad de expresiones, donde inmanente a ellos están los marcos culturales y de civilizaciones.
Todos los deportes con sus técnicas, expresiones, dinamismo, pluralidad, competencia y cooperación, tienen una referencia obligada a lo filosófico y a lo ideológico, más allá de las expresiones nacionales o locales. Como lo señalaba Umberto Eco: “No hay texto sin contexto”, cada una de las disciplinas deportivas están influenciadas por las diferentes culturas y civilizaciones, por la historia y los desafíos que siempre se presentan, como la actual revolución tecnológica con el internet, la robótica, la realidad aumentada y la inteligencia artificial.
Oriente y Occidente en sus expresiones deportivas, tienen los paradigmas propios de sus ideologías y de sus filosofías. En Occidente, la filosofía es plural y dualista, se divide en opuestos como cuerpo y alma, bien y mal e individuo y sociedad. Implica la multiplicidad del mundo material y prevalece la razón. En la filosofía Oriental, prevalece la unidad del mundo, negando la dualidad, rechaza la división de categorías contrarias y antagónicas; señalando que el universo, es un todo compuesto de energía . La conciencia cósmica es un término que describe esta unidad subjetiva del mundo, la vida y el universo. La filosofía occidental apela al método deductivo – inductivo para determinar la verdad desde la realidad. En la oriental prevalece la creencia del Dios Inmanente (Budismo) que está dentro del ser humano. En esto hay cercanía con pensadores Occidentales como Spinoza, Schopenhauer y Nietzsche. En la filosofía oriental el deportista, se aprecia más allá del resultado y de los premios logrados. En el entrenamiento prevalece el metalismo y la meditación. Es difícil que un beisbolista o un futbolista japonés se vea involucrado en desordenes y enfrentamientos. El público en el Lejano Oriente también tiene una conducta intachable, incluso en algunos campos deportivos recogen los desechos. Son prudentes y generosos en felicitación a lo vencederos y gran consideración a los vencidos .
La trascendencia del deporte en la geografía y en la historia, siempre ha estado vinculada a los procesos de enseñanza y aprendizaje; por eso se le incluye en la educación. En muchos países se habla de los Ministerios de educación y deporte .En todos las enseñanzas de los filósofos, la actividad deportiva esta considerada de manera especial, no solo en el pensamiento griego de Platón y Aristóteles, igualmente en el Cristianismo, en San Agustín y del medioevo como Santo Tomás de Aquino, Rogerio Bacon; de los modernos, como Descartes, Spinoza, John Locke, Berkeley, Hume, Rousseau o Hegel; o en nuestros tiempos contemporáneos: Brentano, Max Scheler, Ortega y Gasset. De algunos de estos intelectuales recogimos sus enseñanzas filosóficas especialmente referidas a los deportes que hemos expuesto en nuestro libro “Filosofía del Deporte”: allí afirmamos que el deporte es la mejor en la mejor metáfora para toda la sociedad “ Este libro lo redactamos junto al el rector de la Universidad Bicentenaria UBA, Basilio Sánchez. Pronto estará en todas las librerías.
Si estuviésemos en un estadio de béisbol podríamos idear una confrontación deportiva entre filósofos de los dos grandes campos del pensamiento en occidente. El equipo de los Idealistas estaría alineado: Platón, haría salir al campo a los jugadores desde la Caverna. René Descartes, dudaría antes de cualquier jugada, porque pensaría antes de existir. San Agustín, propondría un juego en la Ciudad de Dios, frente a las faltas de los jugadores los de la ciudad terrestres Friedrich Hegel, impondría su dialéctica deportiva con sus tesis antítesis y síntesis. Heidegger, recordaría al maestro el Enmanuel Kant. con su Noumeno y fenómeno. Y el imperativo categórico de la ética y la moral.
Mientras que en lineup, de los pensadores realistas y materialista estaría Aristóteles y su dualidad materia-espíritu. Tomas de Aquino, con la consideración de la esencia y la existencia del hombre y de Dios. Rousseau, con la bondad individual de todos los jugadores. Thomas Hobbes, viendo en cada jugador un lobo que necesita de un mánager dictatorial y el jugador Carlos Marx, quien tomaría el micrófono para denunciar la explotación de los jugadores por los empresarios y la estatización de todos los deportes. Podríamos escoger como árbitros y jueces para este partido imaginario a los dos grandes Presocráticos: Heráclito, un filósofo del cambio constante y la unidad de los opuestos y Parménides, el defensor de la inmutabilidad y la unidad del ser.
En ese escenario ideal veríamos desfilar los filósofos idealistas, vestidos con togas clásicas, entrarían con solemnidad. Los realistas y materialistas con vestimenta atuendos más pragmáticos, siguen detrás. Un coro acompañado de violines y trompetas, entonaría un himno de Paz Universal donde tanto la música como la letra, recogería las ideas las ideas de Platón y Aristóteles verdad, la justicia y la libertad. Finalmente Cantantes y músicos, serían los filósofos existencialistas más recientes, donde figurarían: Kierkegaard J .P PSartre y Albert Camus. Para este último escritor a quien en alguna oportunidad escuchamos en Paris, siempre repetía, que el deporte era filosofía, cultura y ciudadanía.