El triunfo de Donald Trump como Presidente de Los Estados Unidos y lo que podría ser su eco política, preocupa a la comunidad mundial por su actitud negacionista frente al calentamiento global y la urgencia de desarrollos sustentable y sostenible, fue precisamente como 47 presidente de Los estados Unidos cuando retiró a su país de los compromisos adquiridos en materia ambiental en las diferentes organizaciones internacionales especialmente en el acuerdo de París, en conferencia de LA ONU sobre el cambio climático en el 2015.La finalidad de la misma fue reducir las emisiones de gases del efecto invernadero. Igualmente, la tragedia ambiental de España con la DANA mortal, son sus lluvias e inundaciones, nos obliga a insistir en nuestras reflexiones sobre el cambio climático y el posible apocalipsis ambiental por el calentamiento global.
El Medio Ambiente como una totalidad, debe considerar: la persona humana expresada en el yo, y en el otro, la Naturaleza y la vida como el otro; y el universo en su trascendencia, que desde hace 13.770.000 millones ha estado presente.
Desde el punto de vista de la Filosofía, la realidad del universo es la del ser que es uno y múltiple, estático y dinámico, como lo concebían Parménides y Heráclito, de un todo que se multiplica en un constante devenir y en el cambio de la potencia al acto. Con los Socráticos, tanto con el creador de la Mayéutica como con Platón y Aristóteles, visualizaron la doble concepción del mundo de las cosas y el de las ideas, pero en la necesaria armonía del hombre y la naturaleza en una sola Cosmogonía. Desde el zoroastrismo, las religiones orientales y las monoteístas, siempre le dieron al Universo una dimensión ética, en la conducta del ser humano como ser racional y emocional.
Al margen del materialismo o el idealismo, como lo han afirmado los Estoicos y los Existencialistas, ha sido siempre la existencia la que ha precedido a la esencia de las cosas, y así en todas las manifestaciones de la vida.
Hoy el planeta tierra está en peligro, y de la existencia histórica en relación con la vida puede quedar solo su esencia. Con el calentamiento global estamos en un camino sin retorno hacia la nada con el fin de la vida sobre el planeta tierra En la finitud de la existencia. Nuestro mundo está en peligro, así lo ha afirmado repetidamente El Grupo Intergubernamental De Expertos Sobre El Clima (GIEC). Sería imposible para vegetales, animales o seres humanos la permanencia en el planeta si la temperatura de la tierra sobrepasa los 3 grados centígrados. Para la escritora canadiense Shelley Tanaka la alerta roja del apocalipsis climático está aquí y es ahora. Para el irlandés Stephen Byers es una bomba que puede estallar con consecuencias imposibles de imaginar.
Los Organismos Internacionales y los Científicos han venido alertando sobre el calentamiento de la tierra, producto de la actividad humana. La temperatura de nuestro planeta no se había alterado desde hace diez mil años. Desde la era preindustrial a nuestros días es progresivo el calentamiento global. La tendencia al calentamiento es geométrica y en algunos años muchas especies, incluido nosotros, no seríamos capaces de adaptarnos a esa realidad. El hemisferio norte se calienta más rápido y estamos ya viendo la desaparición de los grandes glaciares. En Venezuela desaparecerán las nieves de la Cordillera Andina. Pronto podría desaparecer la Península Antártica, con el drama de la pérdida de agua dulce y la elevación de los océanos y mares, los arrecifes desaparecen, la biodiversidad disminuye, los animales modifican sus patrones migratorios y cada vez es mayor la contaminación con el uso de los combustibles fósiles que liberan a la atmósfera el carbono y atrapan el calor. La tragedia de la Dana Mortal con varios centenares de muertos y una furia climática de más de 400 litros por metro cuadrado en apenas 8 horas arrasaron el Litoral Mediterráneo Español. Ha sido una alarma para toda Europa y para el mundo por la irresponsabilidad frente a la ecología y el cuidado del ambiente. Como lo señalaba «El Mundo de España el pasado sábado, las imágenes de lo ocurrido con la DANA en Valencia León Castilla-La Mancha, han sido absolutamente sobre acogedoras. El Estado ha desaparecido bajo el agua y se ha instalado un Estado de naturaleza. Pareciera que la tierra está tomando sus propias decisiones con respecto a un devenir humano por el uso y el abuso de los recursos naturales»
Desde la filosofía podemos observar varias dimensiones del medio ambiente, aunque la Ética y la Política junto al Derecho son quienes deben actuar para evitar la catástrofe ambiental, ya anunciada. Son múltiples los Tratados Internacionales y las Leyes e Instituciones Nacionales, dirigidas al desarrollo sustentable y sostenible. Pero se hace necesaria la concientización sobre el imperativo ambiental. Para los juristas, los políticos y los diplomáticos es fundamental la protección del medio ambiente como Bien Jurídico Universal. Las universidades deben abocarse a este nuevo Derecho Internacional y Nacional Ecológico, tomando como referencia urgente el cambio climático. Los delitos y crímenes ecológicos deben ser duramente sancionados. El Ecocidio debe ingresar a la Corte Penal Internacional como quinto delito tipificado junto a los ya cuatro considerados: Genocidio, Crímenes de Guerra, Lesa Humanidad y Agresión.
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La jurista escocesa Polly Higgins es conocida por su campaña para la tipificación del crimen del Ecocidio, señalando la responsabilidad tanto de los estados como de las empresas nacionales o multinacionales. Para esta abogada el daño que se le hace a la naturaleza también se le hace al hombre. El Papa Francisco formuló la necesidad de establecer el Ecocidio como crimen contra la paz, en el XX Congreso Internacional de la Asociación de Derecho Penal, celebrada en el Vaticano 2019, incluso publicó su encíclica ecológica LauratoSi, donde se considera no sólo como un delito el Ecocidio sino como un pecado para los católicos.
Hemos visto con satisfacción en Venezuela el interés académico por el ambiente y la ecología.
Recientemente formamos parte de un jurado con el Dr. Jesús Alberto Ramírez Rector de la Universidad Nueva Esparta (UNE) donde uno de los participantes del Doctorado en Control Contencioso – administrativo de las conductas del Poder Público, presentó un interesante trabajo con una Propuesta De Política Pública en materia de cambios climáticos para Venezuela para el periodo 2024-2030. Sugerimos hacer llegar a la autoridad competente estos interesantes planteamientos de la doctorante Larissa González de Martínez donde entre otras cosas señalaba que «Venezuela como nación rica en biodiversidad y recursos naturales, enfrenta una encrucijada crucial ante los desafíos del cambio climático. El aumento de la temperatura global, los eventos climáticos extremos y la degradación ambiental amenazan a la estabilidad ecológica, social y económica de la nación.».
Venezuela ha sido el primer país en América Latina en contar con un Ministerio y una ley nacional en materia ambiental, Así lo señalamos en la reciente conferencia en Colombia sobre biodiversidad de la COP16 de los Estados partes llevado a cabo entre 21 de octubre al 1 de noviembre, y lo ratificaremos en la COP 29 que se celebrará en la ciudad de Bacu, Azerbaiyán. Tercera vez que la COP es organizada por un productor de petróleo o gas