IMAGEN. (Izda.) Secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken y (Dcha.) Príncipe Heredero de Arabia Saudita, Mohammed bin Salman.
Durante la cumbre contra el autodenominado Estado Islámico este 8 de junio, en Riad, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, y altos funcionarios de Arabia Saudita hicieron un llamado a los gobiernos occidentales para repatriar a sus ciudadanos que se unieron a las filas del grupo terrorista en Irak y Siria, donde miles aún permanecen en prisiones o campamentos. Además, Washington anunció 150 millones de dólares en ayudas para las zonas liberadas del movimiento extremista.
El «califato», que el Estado Islámico (EI) proclamó en franjas de Irak y Siria en 2014, fue declarado derrotado en 2019 tras las contraofensivas de los Ejércitos occidentales acompañados por las tropas locales tanto en Irak como en Siria.
Ahora, cerca de cuatro años después, miles de extranjeros que se unieron al grupo islámico radical y sus familiares continúan recluidos en centros de detención y campamentos informales, mientras altos mandos militares de Estados Unidos advierten que podrían impulsar un renacimiento del grupo terrorista.
Bajo esta preocupación se centró el llamado de los gobiernos de Arabia Saudita este jueves 8 de junio durante la cumbre contra el movimiento extremista, que se llevó a cabo en la capital saudita. Tanto Washington como Riad pidieron a los países occidentales de los que provienen los yihadistas detenidos a repatriarlos a sus respectivos territorios.
“Si no se repatría a los combatientes terroristas extranjeros, existe el riesgo de que puedan volver a tomar las armas e intentar restaurar el llamado califato de ISIS, aterrorizar a las comunidades en las que estamos trabajando para estabilizar y reconstruir, y potencialmente amenazar nuestras patrias”, sostuvo el secretario de Estado de EE. UU., Antony Blinken, durante el encuentro.
El «califato», que el Estado Islámico (EI) proclamó en franjas de Irak y Siria en 2014, fue declarado derrotado en 2019 tras las contraofensivas de los Ejércitos occidentales acompañados por las tropas locales tanto en Irak como en Siria.
Ahora, cerca de cuatro años después, miles de extranjeros que se unieron al grupo islámico radical y sus familiares continúan recluidos en centros de detención y campamentos informales, mientras altos mandos militares de Estados Unidos advierten que podrían impulsar un renacimiento del grupo terrorista.
Bajo esta preocupación se centró el llamado de los gobiernos de Arabia Saudita este jueves 8 de junio durante la cumbre contra el movimiento extremista, que se llevó a cabo en la capital saudita. Tanto Washington como Riad pidieron a los países occidentales de los que provienen los yihadistas detenidos a repatriarlos a sus respectivos territorios.
“Si no se repatría a los combatientes terroristas extranjeros, existe el riesgo de que puedan volver a tomar las armas e intentar restaurar el llamado califato de ISIS, aterrorizar a las comunidades en las que estamos trabajando para estabilizar y reconstruir, y potencialmente amenazar nuestras patrias”, sostuvo el secretario de Estado de EE. UU., Antony Blinken, durante el encuentro.
El pasado abril, la coalición liderada por Estados Unidos informó que desde principios de año los ataques del grupo terrorista en Irak se redujeron en un 68%, mientras que Siria experimentó una disminución del 55 %durante el mismo período.
Sin embargo, Naciones Unidas estima que el movimiento radical aún cuenta con entre 5.000 y 7.000 leales en los dos países, aproximadamente la mitad de ellos son combatientes. Sin duda un riesgo ante el que Occidente intenta no bajar la guardia.