La crisis del mar Rojo constituye uno de los conflictos más tensos dentro de los sucesos globales actuales, y que han generado más preocupaciones por sus efectos sobre el comercio marítimo internacional.
Esta semana se han producido más ataques por parte del grupo insurgente conocido como los hutíes, provenientes de Yemen, siendo uno de los más recientes un bombardeo con misiles contra un buque de guerra estadounidense el pasado miércoles, 31 de enero, el cual se justificó usando el argumento de derecho a la autodefensa y en protección del pueblo palestino que describieron como “oprimido”, ante los ataques de Reino Unido y Estados Unidos.
Sobre este ataque, según las declaraciones del portavoz militar hutí Yahya Sarea en su cuenta de X, “las fuerzas armadas yemeníes [como se autodefinen los rebeldes] dispararon varios misiles navales contra el destructor estadounidense USS Greeley en el mar Rojo”. La agresión fue realizada horas después de que un buque militar de las fuerzas estadounidense, un USS Gravely, derribara un misil enviado por lo hutíes al mar Rojo, según informó el Comando Central de EE.UU.
Adicionalmente, días antes en la noche del 28 de enero de 2024, se hizo público el bombardeo a un buque norteamericano en el golfo de Adén, en el sur del mar Rojo, con diversos misiles navales. Según especificaciones de Sarea, el ataque fue propiciado por un misil naval dirigido en contra del barco expedicionario, un USS Lewis B Puller, y tenía como tarea “brindar apoyo logístico a las fuerzas estadounidenses que participaron en la agresión contra nuestro país”.
No obstante, uno de los ataques de parte de los hutíes que causó mayor alerta fue el propiciado a un buque petrolero británico. La tripulación de este buque, que cargaba con la bandera de las Islas Marshall y opera por cuenta de Trafigura, una empresa comercial multinacional, fue alcanzado por un misil de Yemen que ocasionó un incendio que duró varias horas. El movimiento apoyado por Irán, con base en Yemen, dijo que atacó al Marlin Luanda el viernes en respuesta a la «agresión estadounidense-británica».
Afortunadamente, para mitigar el incendio el buque se sirvió de la ayuda de buques de la armada francesa, india y estadounidense, y se dio a conocer que no hubo víctimas en el petrolero, cuya tripulación estaba compuesta por 22 indios y 1 bangladeshí. En respuesta, el Secretario de Defensa británico, Grant Shapps, calificó el ataque de «intolerable e ilegal”. “Es nuestro deber proteger la libertad de navegación en el Mar Rojo y seguimos tan comprometidos con esa causa como siempre», declaró en X. Respondiendo a los ataques, se afirmó en la televisión hutí que Estados Unidos y Reino Unido lanzaron dos ataques aéreos contra el puerto de Ras Isa, en la provincia de Hodeidah.
Tráfico marítimo interrumpido.
Los constantes ataques hutíes desde noviembre de 2023 se concentran en atacar los buques que consideran vinculados con intereses israelíes en el mar Rojo. Sin embargo, las agresiones han afectado embarcaciones comerciales y buques de guerra occidentales con el fin de dañar económicamente a Israel, y como acto de solidaridad a los palestinos de la Franja de Gaza. Toda esta situación pone en peligro la navegación en una ruta fundamental para el comercio global entre Asia, Europa y Medio Oriente, además de generar retratos que eleva los costos, la inflación y las tasas de interés, de manera que las economías mundiales se han visto vulnerabilizadas.
Ante el conflicto, China ha pedido calma al depender fuertemente de las ruta marítima para seguir manteniendo su poderío económico. Pero por otro lado, Rusia ha condenado la acciones tomadas por Estados Unidos y Reino Unido por implementar sus ataques contra los hutíes.
Fuentes: El Mundo,El Periodico, EFE, BBC.