Finlandia está cerca de definir un nuevo jefe de Estado por medio de elecciones presidenciales que fueron iniciadas el pasado domingo 28 de enero. No obstante, en vista de que ninguno de los candidatos logró alcanzar o superar un 50% de los votos, los comicios darán una segunda vuelta que se llevará a cabo el 11 de febrero de este año.
Este resultado deja en el escenario electoral a solo dos de los nueve políticos finlandeses que participaron en las candidaturas. Ahora, la presidencia se decidirá entre el conservador Alexander Stubb, con 55 años de edad y representante del Partido de la Coalición Nacional, y Pekka Haavisto, de 65 años y perteneciente a la ecologista Liga Verde, aunque para estos comicios se presentó como independiente. El ganador de la segunda vuelta será el sucesor del actual presidente Sauli Niinistö (quien se mantuvo en el puesto por 12 años), y deberá comenzar sus labores presidenciales a partir de marzo de 2024, para cumplir un periodo de 6 años.
Por una parte, siendo quien ha liderado esta primera vuelta con un 27% de votos, Stubb ha tenido una larga trayectoria al haber ejercido como primer ministro de 2014 hasta 2015, ministro de Relaciones Exteriores de 2008 hasta 2011, además de ser actualmente profesor y director del Instituto Universitario Europeo. Asimismo, fue vicepresidente del Banco Europeo de Inversiones de 2017 a 2020.
Por otro lado, quedando segundo con un 26% de votos, Haavisto fue miembro y diplomático de las Naciones Unidas, también antiguo ministro de Asuntos Exteriores en el periodo de 2019 a 2023, y agente importante en el proceso de inclusión a la OTAN. En circunstancias actuales el ecologista está participando en las elecciones presidenciales por tercera vez, presentándose previamente en 2012 y 2018.
En cuanto a algunos de los candidatos rezagados se encuentran, Jussi Halla-aho, identificado nacionalista y político de extrema derecha que obtuvo un 19% de los votos, y más atrás el gobernador del Banco de Finlandia, Olli Rehn, con un 15% resultante de las urnas.
Finlandia dentro de la OTAN y las crecientes tensiones con Rusia.
Estas elecciones presidenciales se dan en un contexto político diferente a las anteriores, con la reciente inclusión de este país nórdico al organismo internacional de la OTAN, convirtiéndose en el miembro número 31 en abril de 2023. Este hecho tiene implicaciones geopolíticas significativas, que afectan especialmente su relación con Rusia, nación con la que delimita gran parte de su territorio.
Esto se debe a que durante años, Finlandia se había caracterizado por ejercer la neutralidad desde la Guerra Fría, pero debido al conflicto ruso-ucraniano y los potenciales riesgos sobre la seguridad del pais nórdico, surge la motivación del mismo a unirse a la Alianza Atlántica. Con esta nueva posición, a partir del año pasado Finlandia decidio invertir 143 millones de dolares para la construcción de vallas a lo largo de 1.336 km de frontera con Rusia, y cuyos puestos cerró durante los meses de noviembre y diciembre por un aumento de inmigrantes.
Esta actitud por parte de Helsinki sentó mal en Moscú. En diciembre de 2023, Putin declaró en un programa de televisión «Moscú. Kremlin. Putin» que: «No había problemas (entre ambos naciones). Ahora, los habrá. Crearemos el distrito militar de Leningrado y concentramos allí ciertas unidades militares.”
En este sentido, el próximo presidente de Finlandia, título que también conlleva ser comandante de las fuerzas armadas y estar a cargo de las relaciones exteriores, enfrentará nuevos desafios como miembro de la OTAN y por las tensiones con su vecino, Rusia. Ante la situación, los dos candidatos rivales sostienen posiciones similares, la cual es mantener una postura severa ante el gigante euroasiático.
Fuentes: EuroNews, France24, EFE, CNN, El Mundo.