Perspectivas para la economía mundial en el 2024 según el FMI: reducción de la inflación y recuperación económica

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Revista Diplomacia
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De frente a un año de eventualidades geopolíticas complejas que han afectado de forma contundente a la economía mundial, el Fondo Monetario Internacional publicó en enero de 2024 una actualización de las Perspectivas Económicas Mundiales, donde se prevé una sorpresiva resiliencia y se evidencia un escenario económico más optimista de lo supuesto. En este contexto, se considera el crecimiento resiliente en las principales economías globales, la inesperada y rápida desinflación, el enfriamiento de la demanda por los altos costos, y divergencias económicas amplificadas por políticas fiscales; aspectos que condicionan las perspectivas para este 2024.

Las perspectivas del informe destacan que “la recuperación económica mundial está resultando ser sorprendentemente resiliente tras la pandemia de COVID-19, la invasión rusa de Ucrania y la crisis del costo de vida”. En esta recuperación económica se destaca un escenario de descenso de la inflación de ​​6,8% estimado en 2023 a 5,8% en 2024 y 4,4% en 2025, de manera que se espera que disminuya la inflación general en alrededor de 80% de los países en 2024. 

Siendo así, la observación general del informe demuestra que el Fondo Monetario Internacional ha previsto un crecimiento mundial de 3,1%, representando una mejora de las proyecciones de octubre de 2023, que se establecieron en un 2.9%. Esta mejoría en las previsiones resaltan a Estados Unidos con una considerable resistencia para este año, y el estímulo fiscal chino. De allí, se prevé también un aumento de una décima para el 2025 a un 3,2%. Asimismo, se visualiza un crecimiento de comercio mundial para 2024 de 3,3%, con un salto de tres décimas para 2025, alcanzado el 3,6%, pero estando todavía por debajo del crecimiento promedio histórico de 4,9%. Esto es tomado en cuenta por la constante interrupción del comercio y ruptura económica que puede seguir afectando el comercio mundial. 

Por otro lado, en cuanto a las economías avanzadas, se augura una disminución de 1,6% (2023) a 1,5% (2024), para impulsarse hacia un 1,8% en 2025. Específicamente para Estado Unidos y la zona del euro, pese a que para el primero se anticipa una reducción de 2,5% en 2023 a 2,1% en 2024 y 1,7% en 2025; se debe contemplar que se percibió un aumento en los decimales del porcentaje de 0,6 con respecto a la edición de octubre de 2023, para el año 2024. Con respecto al segundo, se percibió un crecimiento bastante moderado por la débil confianza de los consumidores, y los efectos de los precios de la energía. Sin embargo, se espera una recuperación, progresando de 0,5%, en 2023, 0,9% en 2024 y 1,7% en 2025, a partir de la disminución de la inflación. 

Por su parte, para las economías de mercados emergentes y en desarrollo, se espera un mantenimiento establecido entre 4,1% y 4,2% para 2024 y 2025 respectivamente, considerado a partir de la mejora en algunas regiones. Enfocado en el continente asiático, se espera la disminución de 5,4% en 2023 a 5,2% en 2024 y 4,8% en 2025. Sobre Europa, se espera un aumento de 2,7% en 2023 a 2,8% en 2024, para un posterior decremento hasta 2,5% en 2025. En este entorno sale a relucir Rusia, a la cual se le atribuye el aumento de 0,6 puntos porcentuales para 2024 con respecto a las proyecciones de octubre de 2023, y para la cual se entrevé un crecimiento de 2,6% en 2024 y de 1,1% en 2025.

Riegos de inseguridad alimentaria y shocks geopolíticos

Sin embargo se consideran factores desfavorables para las previsiones de 2024, destacando dentro de esta las circunstancias geopolíticas actuales, declarando que: “El conflicto en Gaza e Israel podría intensificarse y afectar a toda la región, la que produce en torno a 35% de las exportaciones de petróleo del mundo y 14% de las de gas. Los continuos ataques en el mar Rojo —a través del cual fluye un 11% del comercio mundial— y la actual guerra en Ucrania pueden ocasionar nuevos shocks de la oferta negativos sobre la recuperación económica mundial.” 

En este sentido, las rupturas geopolíticas, aunadas también a los shocks meteorológicos, relacionados a la sequía y el fenómeno del Niño, los cuales se agravaron en 2023, pueden obstaculizar la estabilización de la inflación y empeorar la inseguridad alimentaria, ante un posible aumento de los precios de los alimentos. Sin embargo, se sigue insistiendo en la desinflación para este 2024, sumada al progreso de la actividad económica, que previsualizan un aterrizaje de la inflación amortiguado. 

Fuentes: FMI, Bankinter, El Diario, El mundo.