Las preocupaciones por la inestabilidad en el Sahel aumentan mientras se buscan soluciones

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Revista Diplomacia
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Abarcando una decena de países que incluyen Malí, Argelia, Níger, Burkina Faso, Chad y Mauritania, la zona al norte de África, conocida como el Sahel, ha entrado en la última década en una rápida y creciente inestabilidad política y humanitaria. Entre los males que confrontan actualmente a la región están la pobreza extrema, desplazamientos migratorios, golpes de Estado y terrorismo. Ante esto, el Sahel se ha convertido en uno de los lugares más pobres y violentos del mundo, lo que pone en riesgo la seguridad regional y global.

Sobre las causas de esta inestabilidad, se destaca la debilidad estructural e institucional de los gobiernos para hacer frente a ciertos desafíos, como lo son el cambio climático, diferencias étnicas entre comunidades, desigualdad en distribución de riquezas, conflictos por recursos naturales, y su condición de países con rentas per cápita muy bajas. 

Estas últimas cuestiones han proliferado la existencia de grupos terroristas, principalmente yihadistas, relacionados a al-Qaeda. Desde 2014, en Camerún, Níger y Burkina Faso se han reportado numerosos ataques de grupos yihadistas y otras fuerzas contra instalaciones gubernamentales. De la mano de los movimientos terroristas, están los golpes de Estado, propiciados especialmente desde 2020, en los países de Burkina Faso, Malí, Chad, Gabón, Sudán y Níger. 

Siguiendo esta línea, a comienzos de ese 2024, en Senegal se ha presenciado lo que muchos consideraron un golpe de Estado constitucional. El 3 de febrero, el presidente de Senegal, Macky Sall, decidió posponer las próximas elecciones presidenciales previstas para el 25 de febrero, por irregularidades en la aprobación de candidatos, lo cual lo mantendría en el poder por más tiempo. Además, el 5 de febrero el Parlamento de Senegal votó a favor de posponer las elecciones hasta el 15 de diciembre y se vio la actuación de los agentes policiales que expulsaron a miembros de la oposición para impedir que votaran en la sesión. No obstante, la situación ha podido atenuarse con la decisión del Consejo Constitucional el 15 de febrero de anular el aplazamiento de los comicios a diciembre, dada su tradición democrática e ir en contra de la constitución. 

Otra noticia que ha causado preocupación es la salida de la Mali, Burkina Faso y Níger de la Cedeao el 28 de enero, lo que puede provocar más inestabilidad política y económica entre los países africanos occidentales, por un posible deterioro de sus relaciones y puesta de obstáculos sobre la integración y el multilateralismo entre ellos.

Apoyo internacional

Han sido varios los países y organizaciones que han demostrado interés en solucionar la crisis dentro de la región, entre los que destacan EE.UU, España, Alemania y Francia; además de la ONU y la Unión Europea. Sin embargo, por diversas objeciones por parte de las naciones dentro del Sahel sobre la intervención extranjera francesa, desembocó en la expulsión de soldados de este país europeo de la franja entre 2022 y 2023. 

No obstante, el Sahel no se ha negado completamente al apoyo externo, siendo que han establecido alianzas con Rusia, que para la región africana, no es un ex colonizador y no busca aprovecharse de sus riquezas. Siendo así, se han establecido acuerdos de cooperación militar, con el despliegue del grupo mercenario Wagner, ahora renombrado África Corps. A Rusia se une China, que se ha comprometido a ayudar en el desarrollo y a no interferir en los asuntos internos. Esto evidencia un acercamiento a las regiones del este, por encima de las alianzas occidentales.

No obstante, el 21 de febrero, el USIP organizó un debate en donde participó Francis Béhanzin, Ex Comisario de Asuntos Políticos, Paz y Seguridad de la CEDEAO y Tiéman Hubert Coulibaly, Ex Ministro de Asuntos Exteriores de Malí. Allí discutieron sobre las opciones para responder a los conflictos suscitados en el Sahel occidental y de la ayuda que puede obtener de EE.UU. Concluyeron que parte de la ayuda que puede provenir del Estado norteamericano puede verse en apoyo a la seguridad, promoción de la paz, la estabilidad y la democracia disuadiendo los golpes de Estado. Estas resoluciones son importantes por la potencial participación que pueda tener el Estado norteamericano en el futuro.

Fuentes: IDHC, France24, 20 Minutos, EuroEFE, El Confidencial, Euronews, Europa Press, El País.